
Hotel
July 30, 2025
Nukari
Hay destinos que no solo se visitan, se recuerdan con el alma. Así es Jala, un Pueblo Mágico en el corazón de Nayarit donde cada calle cuenta una historia, cada paisaje invita al asombro y cada experiencia lo conecta con lo esencial.
Entre arquitectura colonial, tradiciones vivas y la presencia imponente del volcán Ceboruco, este rincón del occidente mexicano ofrece algo más que turismo: ofrece pertenencia.
En las siguientes líneas, responderemos las preguntas más frecuentes sobre Jala: desde el significado de su nombre hasta lo que lo convierte en Pueblo Mágico. Y si al terminar este recorrido usted siente el deseo de vivirlo en primera persona, le diremos cómo hacerlo desde un refugio que respira su misma esencia: Nukari Quinta Boutique.
Jala fue nombrado Pueblo Mágico en 2012, como parte del programa nacional que reconoce a las localidades de México con riqueza cultural, histórica y natural excepcionales. Esta distinción no es casualidad: se otorga a destinos que conservan tradiciones vivas, patrimonio arquitectónico relevante y una propuesta turística auténtica.
En el caso de Jala, su magia radica en el equilibrio armonioso entre el pasado y el presente. Sus calles empedradas conservan construcciones del siglo XIX, sus templos cuentan historias de fe y resistencia, y su comunidad mantiene viva una identidad que se siente en cada detalle: desde las fiestas tradicionales hasta la calidez de su gente.
Además, su ubicación privilegiada —a los pies del volcán Ceboruco— y su entorno natural lo convierten en un destino ideal para quienes buscan una conexión más profunda con la naturaleza. Jala no solo cumple con los criterios oficiales de un Pueblo Mágico: los trasciende. Lo invita a caminar sin prisa, observar con atención y redescubrir el valor de lo sencillo.
La historia de Jala es un viaje que comienza mucho antes de la llegada de los colonizadores. Su nombre proviene del náhuatl Xali (arena) y Tla (lugar), lo que se traduce como “lugar donde abunda la arena”. Esta raíz indígena refleja el vínculo profundo que el pueblo ha mantenido con la tierra, el entorno y sus orígenes.
Durante la época prehispánica, la región fue habitada por comunidades pertenecientes a las culturas cora y tepehuana, cuyos saberes aún se conservan en expresiones artísticas, rituales y formas de vida. Con la llegada de los españoles, Jala se transformó en un centro agrícola y religioso, y adquirió relevancia por su estratégica ubicación en las rutas comerciales del occidente mexicano.
Uno de sus emblemas históricos más imponentes es la Basílica Lateranense de Nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIX y XX. Su estilo neogótico, su cantera labrada y su ubicación en el centro del pueblo la convierten en un símbolo de identidad y espiritualidad.
Hoy, Jala es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido sin perder el pulso de lo contemporáneo. Su historia se vive en los portales, en los relatos que comparten los habitantes y en la manera en que cada visitante se siente parte de algo más grande, más auténtico y más humano.
El distintivo “Pueblo Mágico” es otorgado por la Secretaría de Turismo de México (SECTUR) a aquellas localidades que ofrecen una experiencia única por su historia, riqueza cultural, autenticidad y belleza natural. No se trata solo de tener paisajes hermosos, sino de preservar tradiciones vivas y contar con una infraestructura capaz de recibir visitantes con calidad y calidez.
Entre los principales criterios para obtener este nombramiento se encuentran:
Jala cumple con todos estos requisitos y más. Su basílica centenaria, su cercanía con el volcán Ceboruco, su feria del elote gigante, su cocina regional, su gente y su armonía con la naturaleza son ejemplos palpables de por qué merece este reconocimiento.
Pero más allá del nombramiento oficial, lo que realmente convierte a Jala en un Pueblo Mágico es la forma en que lo hace sentir: bienvenido, conectado, inspirado. Un destino donde lo importante no se impone, se revela poco a poco.
Jala ofrece una experiencia integral para quienes buscan algo más que un destino turístico: un reencuentro con la historia, la naturaleza y el bienestar. Este Pueblo Mágico invita a recorrerlo sin prisa, a observar cada detalle y a descubrir lo extraordinario en lo sencillo. A continuación, algunas de las actividades y sitios imperdibles durante su visita:
En Jala, cada actividad tiene sentido. Y cada instante, si se vive con atención, puede convertirse en recuerdo.
Nayarit es uno de los estados más diversos y sorprendentes de México. Su identidad se construye entre montañas, costa, tradiciones indígenas y Pueblos Mágicos que conservan el alma viva de su historia. Lo que hace único a Nayarit es precisamente esta fusión: naturaleza exuberante, raíces profundas y una calidez humana que se siente en cada encuentro.
En este mosaico de riquezas culturales y naturales, Jala destaca como un emblema del Nayarit profundo. Aquí no hay turismo masivo ni ruido innecesario. Lo que hay es autenticidad: un pueblo que respeta su legado, que camina al ritmo de sus tradiciones y que recibe al visitante como parte de su propia casa.
Desde su elote gigante —símbolo agrícola e identidad local— hasta el volcán Ceboruco que resguarda el horizonte, Jala representa los valores que hacen especial a todo el estado: arraigo, hospitalidad, belleza natural y una espiritualidad que se intuye incluso en el silencio.
Si quiere conocer el verdadero rostro de Nayarit, empiece por Jala. Aquí, cada experiencia tiene raíz, cada paisaje tiene historia, y cada estancia tiene sentido.
El nombre Nayarit proviene del náhuatl “Náayeri” o “Nayarit”, que significa “hijo de Dios que está en el cielo y que es guía”. Esta palabra fue empleada por los pueblos originarios, especialmente los coras, para referirse a su líder espiritual y a su relación sagrada con el universo.
Este significado no solo revela la profundidad espiritual de la región, sino que también explica la conexión que aún hoy se siente en sus paisajes, costumbres y formas de vida. Nayarit no es un nombre más: es una declaración de identidad ancestral, respeto por lo divino y armonía con la naturaleza.
En pueblos como Jala, esa herencia permanece viva. No solo en los símbolos o en los relatos, sino en la manera en que se habita el espacio: con gratitud, con calma, con reverencia. Cada visitante, al llegar, es invitado no solo a descubrir un destino, sino a tocar algo más profundo: la memoria de un pueblo y la espiritualidad de su tierra.
Actualmente, Nayarit cuenta con nueve Pueblos Mágicos: Jala, Sayulita, Compostela, Mexcaltitán, Ahuacatlán, Ixtlán del Río, Amatlán de Cañas, San Blas y Puerto Balleto (Islas Marías). Cada uno ofrece una experiencia distinta, desde playas vibrantes hasta islas con historia penitenciaria, pasando por pueblos coloniales y comunidades con fuerte herencia indígena.
Sin embargo, Jala tiene un lugar muy especial entre ellos. Es uno de los más antiguos, tanto por su fundación como por su legado histórico, y fue el primero del estado en obtener el distintivo de Pueblo Mágico en 2012. A diferencia de destinos más turísticos como Sayulita o San Blas, Jala ha sabido conservar una atmósfera tranquila, íntima y profundamente auténtica.
Aquí no encontrará multitudes ni modas pasajeras. Encontrará historia viva, naturaleza imponente, espiritualidad silenciosa y una comunidad que comparte su identidad con generosidad.
Y si lo que busca es vivir esa magia desde un lugar que la entiende y la respeta, Nukari Quinta Boutique le ofrece la posibilidad de alojarse en el corazón del pueblo, en una antigua quinta restaurada con maestría artesanal y atención a cada elemento, pensada para que usted no solo visite Jala: lo viva plenamente.
Después de descubrir todo lo que hace especial a Jala, es natural preguntarse: ¿dónde hospedarse para vivir esta experiencia en plenitud?
La respuesta es tan clara como acogedora: Nukari Quinta Boutique, un hotel ubicado en el corazón del pueblo, donde la historia, el confort y el bienestar se entrelazan en cada detalle.
Hospedarse en Nukari es abrir las puertas a una antigua quinta restaurada con sensibilidad y elegancia. Las habitaciones combinan elementos coloniales con comodidades modernas; los jardines permiten respirar el tiempo con otra cadencia, y cada espacio ha sido pensado para invitar a la calma.
Aquí podrá comenzar el día con una sesión de meditación frente al volcán, disfrutar de un masaje con ingredientes naturales de la región, o cenar al atardecer mientras la luz pinta de oro los tejados del pueblo.
Además, Nukari es el único hotel en Jala que cuenta con un spa integral, rooftop con vistas a la montaña y experiencias personalizadas que armonizan con el espíritu del lugar. Ya viaje en pareja, en familia o en solitario, encontrará en este refugio un equilibrio perfecto entre intimidad, hospitalidad y autenticidad.
Reserve su estancia y permita que cada momento en Nukari le conecte con lo más valioso del viaje: usted mismo, en calma.
Hotel
July 30, 2025
Nukari
Hay destinos que no solo se visitan, se recuerdan con el alma. Así es Jala, un Pueblo Mágico en el corazón de Nayarit donde cada calle cuenta una historia, cada paisaje invita al asombro y cada experiencia lo conecta con lo esencial.
Entre arquitectura colonial, tradiciones vivas y la presencia imponente del volcán Ceboruco, este rincón del occidente mexicano ofrece algo más que turismo: ofrece pertenencia.
En las siguientes líneas, responderemos las preguntas más frecuentes sobre Jala: desde el significado de su nombre hasta lo que lo convierte en Pueblo Mágico. Y si al terminar este recorrido usted siente el deseo de vivirlo en primera persona, le diremos cómo hacerlo desde un refugio que respira su misma esencia: Nukari Quinta Boutique.
Jala fue nombrado Pueblo Mágico en 2012, como parte del programa nacional que reconoce a las localidades de México con riqueza cultural, histórica y natural excepcionales. Esta distinción no es casualidad: se otorga a destinos que conservan tradiciones vivas, patrimonio arquitectónico relevante y una propuesta turística auténtica.
En el caso de Jala, su magia radica en el equilibrio armonioso entre el pasado y el presente. Sus calles empedradas conservan construcciones del siglo XIX, sus templos cuentan historias de fe y resistencia, y su comunidad mantiene viva una identidad que se siente en cada detalle: desde las fiestas tradicionales hasta la calidez de su gente.
Además, su ubicación privilegiada —a los pies del volcán Ceboruco— y su entorno natural lo convierten en un destino ideal para quienes buscan una conexión más profunda con la naturaleza. Jala no solo cumple con los criterios oficiales de un Pueblo Mágico: los trasciende. Lo invita a caminar sin prisa, observar con atención y redescubrir el valor de lo sencillo.
La historia de Jala es un viaje que comienza mucho antes de la llegada de los colonizadores. Su nombre proviene del náhuatl Xali (arena) y Tla (lugar), lo que se traduce como “lugar donde abunda la arena”. Esta raíz indígena refleja el vínculo profundo que el pueblo ha mantenido con la tierra, el entorno y sus orígenes.
Durante la época prehispánica, la región fue habitada por comunidades pertenecientes a las culturas cora y tepehuana, cuyos saberes aún se conservan en expresiones artísticas, rituales y formas de vida. Con la llegada de los españoles, Jala se transformó en un centro agrícola y religioso, y adquirió relevancia por su estratégica ubicación en las rutas comerciales del occidente mexicano.
Uno de sus emblemas históricos más imponentes es la Basílica Lateranense de Nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIX y XX. Su estilo neogótico, su cantera labrada y su ubicación en el centro del pueblo la convierten en un símbolo de identidad y espiritualidad.
Hoy, Jala es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido sin perder el pulso de lo contemporáneo. Su historia se vive en los portales, en los relatos que comparten los habitantes y en la manera en que cada visitante se siente parte de algo más grande, más auténtico y más humano.
El distintivo “Pueblo Mágico” es otorgado por la Secretaría de Turismo de México (SECTUR) a aquellas localidades que ofrecen una experiencia única por su historia, riqueza cultural, autenticidad y belleza natural. No se trata solo de tener paisajes hermosos, sino de preservar tradiciones vivas y contar con una infraestructura capaz de recibir visitantes con calidad y calidez.
Entre los principales criterios para obtener este nombramiento se encuentran:
Jala cumple con todos estos requisitos y más. Su basílica centenaria, su cercanía con el volcán Ceboruco, su feria del elote gigante, su cocina regional, su gente y su armonía con la naturaleza son ejemplos palpables de por qué merece este reconocimiento.
Pero más allá del nombramiento oficial, lo que realmente convierte a Jala en un Pueblo Mágico es la forma en que lo hace sentir: bienvenido, conectado, inspirado. Un destino donde lo importante no se impone, se revela poco a poco.
Jala ofrece una experiencia integral para quienes buscan algo más que un destino turístico: un reencuentro con la historia, la naturaleza y el bienestar. Este Pueblo Mágico invita a recorrerlo sin prisa, a observar cada detalle y a descubrir lo extraordinario en lo sencillo. A continuación, algunas de las actividades y sitios imperdibles durante su visita:
En Jala, cada actividad tiene sentido. Y cada instante, si se vive con atención, puede convertirse en recuerdo.
Nayarit es uno de los estados más diversos y sorprendentes de México. Su identidad se construye entre montañas, costa, tradiciones indígenas y Pueblos Mágicos que conservan el alma viva de su historia. Lo que hace único a Nayarit es precisamente esta fusión: naturaleza exuberante, raíces profundas y una calidez humana que se siente en cada encuentro.
En este mosaico de riquezas culturales y naturales, Jala destaca como un emblema del Nayarit profundo. Aquí no hay turismo masivo ni ruido innecesario. Lo que hay es autenticidad: un pueblo que respeta su legado, que camina al ritmo de sus tradiciones y que recibe al visitante como parte de su propia casa.
Desde su elote gigante —símbolo agrícola e identidad local— hasta el volcán Ceboruco que resguarda el horizonte, Jala representa los valores que hacen especial a todo el estado: arraigo, hospitalidad, belleza natural y una espiritualidad que se intuye incluso en el silencio.
Si quiere conocer el verdadero rostro de Nayarit, empiece por Jala. Aquí, cada experiencia tiene raíz, cada paisaje tiene historia, y cada estancia tiene sentido.
El nombre Nayarit proviene del náhuatl “Náayeri” o “Nayarit”, que significa “hijo de Dios que está en el cielo y que es guía”. Esta palabra fue empleada por los pueblos originarios, especialmente los coras, para referirse a su líder espiritual y a su relación sagrada con el universo.
Este significado no solo revela la profundidad espiritual de la región, sino que también explica la conexión que aún hoy se siente en sus paisajes, costumbres y formas de vida. Nayarit no es un nombre más: es una declaración de identidad ancestral, respeto por lo divino y armonía con la naturaleza.
En pueblos como Jala, esa herencia permanece viva. No solo en los símbolos o en los relatos, sino en la manera en que se habita el espacio: con gratitud, con calma, con reverencia. Cada visitante, al llegar, es invitado no solo a descubrir un destino, sino a tocar algo más profundo: la memoria de un pueblo y la espiritualidad de su tierra.
Actualmente, Nayarit cuenta con nueve Pueblos Mágicos: Jala, Sayulita, Compostela, Mexcaltitán, Ahuacatlán, Ixtlán del Río, Amatlán de Cañas, San Blas y Puerto Balleto (Islas Marías). Cada uno ofrece una experiencia distinta, desde playas vibrantes hasta islas con historia penitenciaria, pasando por pueblos coloniales y comunidades con fuerte herencia indígena.
Sin embargo, Jala tiene un lugar muy especial entre ellos. Es uno de los más antiguos, tanto por su fundación como por su legado histórico, y fue el primero del estado en obtener el distintivo de Pueblo Mágico en 2012. A diferencia de destinos más turísticos como Sayulita o San Blas, Jala ha sabido conservar una atmósfera tranquila, íntima y profundamente auténtica.
Aquí no encontrará multitudes ni modas pasajeras. Encontrará historia viva, naturaleza imponente, espiritualidad silenciosa y una comunidad que comparte su identidad con generosidad.
Y si lo que busca es vivir esa magia desde un lugar que la entiende y la respeta, Nukari Quinta Boutique le ofrece la posibilidad de alojarse en el corazón del pueblo, en una antigua quinta restaurada con maestría artesanal y atención a cada elemento, pensada para que usted no solo visite Jala: lo viva plenamente.
Después de descubrir todo lo que hace especial a Jala, es natural preguntarse: ¿dónde hospedarse para vivir esta experiencia en plenitud?
La respuesta es tan clara como acogedora: Nukari Quinta Boutique, un hotel ubicado en el corazón del pueblo, donde la historia, el confort y el bienestar se entrelazan en cada detalle.
Hospedarse en Nukari es abrir las puertas a una antigua quinta restaurada con sensibilidad y elegancia. Las habitaciones combinan elementos coloniales con comodidades modernas; los jardines permiten respirar el tiempo con otra cadencia, y cada espacio ha sido pensado para invitar a la calma.
Aquí podrá comenzar el día con una sesión de meditación frente al volcán, disfrutar de un masaje con ingredientes naturales de la región, o cenar al atardecer mientras la luz pinta de oro los tejados del pueblo.
Además, Nukari es el único hotel en Jala que cuenta con un spa integral, rooftop con vistas a la montaña y experiencias personalizadas que armonizan con el espíritu del lugar. Ya viaje en pareja, en familia o en solitario, encontrará en este refugio un equilibrio perfecto entre intimidad, hospitalidad y autenticidad.
Reserve su estancia y permita que cada momento en Nukari le conecte con lo más valioso del viaje: usted mismo, en calma.